El inconveniente del invento de Alejandro Volta

Foto: Whiskeygonebad

En 1800 Alejandro Volta cambió al mundo con un invento que dio paso a la era eléctrica: la pila. Hoy este pequeñito artefacto nos es de lo más común, lo conseguimos en diversos tamaños y presentaciones, los hay de todos los precios y con toda familiaridad lo usamos y lo desechamos.

Y he ahí el meollo del asunto en el cual Alejandro Volta nunca pensó hace más de 200: ¿qué rayos se hace con una pila que ya no sirve?, ¿se tira a la basura?, ¿se guarda hasta formar una singular colección?, ¿se desarma para ver si arreglándole algo da un poco más de vida? La cosa aún no está muy clara para muchos de nosotros pero más vale que lleguemos pronto a un acuerdo pues tan sólo en México se estima que cada habitante consume cerca de 13 pilas al año.


Existen diferentes tecnologías para fabricar pilas y eso determina el contenido de cada una de ellas; que si de mercurio, que si de cadmio, que se de litio, que si alcalina; lo único que hay que aprender no tiene nombre químico y es fácil de recordar: las pilas tiradas a la basura contaminan suelos, agua y nuestro propio cuerpo.

El mercurio, ese elemento químico con consistencia gelatinosa y de color casi plateado que todos hemos visto en el interior de un termómetro, es nuestro feliz aliado cuando de medir la temperatura corporal se trata pero nuestro gran enemigo cuando lo inhalamos o lo ingerimos a través del agua que bebemos o los alimentos que comemos. Es capaz incluso de provocar cáncer o malformaciones en fetos y aunque pensamos que estamos lejos de él, es posible que llegue a nuestra casa sin invitación a través de aquellas pilas que tiramos a la basura, que se llevó el camión, que fueron enterradas junto con otros desechos y que con el tiempo se oxidaron y derramaron el mercurio contenido en su interior. 93% del mercurio encontrado en la basura proviene de las pilas.

Y como bien se dice y como propongo siempre en este espacio: "No te preocupes mejor ocúpate" y para ocuparte bastara con que:

• Evites comprar aparatos que requieren de pilas para su funcionamiento; puedes optar por las versiones recargables a través de cables, mucho mejor si consigues esos modernos aparatos solares. En el caso de los juguetes piensa siempre que los de pilas tienen este inconveniente y además suelen ser aburridos y enemigos de la creatividad del niño.
• Cuando compres pilas, porque ya no hay remedio, las prefieras recargables olas llamadas verdes; son más caras pero duran más y se desechan en un largo, mucho más largo plazo.
• Lleves las pilas usadas a los centros de acopio para que sean tratadas como lo que son: residuos potencialmente peligrosos.

Si en tu comunidad no hay centros de acopio organízate con otros miembros de la comunidad para pedirle a tu gobierno que abra uno y envíe las pilas al punto de tratamiento más cercano. No hay que perder de vista que cuando nos quejamos de nuestras autoridades la diferencia está entre conformarnos o actuar.

Sin duda Alejandro Volta nunca imaginó que su revolucionario invento se iba a reproducir a tal velocidad y que con  esa misma rapidez iba a ir dejando un rastro difícil de borrar. Los científicos de aquel entonces reaccionaron con entusiasmo ante la genialidad de Volta y enseguida se dieron a la tarea de mejorar la pila original y de encontrarle múltiples usos; sin duda triunfaron ¿no será ya hora de buscar con ese mismo entusiasmo algo que sustituya este invento bicentenario?