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viernes, 5 de agosto de 2011

¿Una probadita o todo un festín?

Foto: Antonio Stoper


La ingeniería genética suena tan ajena a nuestra vida cotidiana; la combinación de ingeniería y genética, pensamos, sólo sucede en películas como Gattaca o Los Niños del Brasil o bien en laboratorios de investigación más que avanzados y complejos. 

La verdad, querido lector, es que nuestro refrigerador, alacena o plato de comida pueden estar llenos de grandes obras de la ingeniería genética; se trata de los famosos y controversiales alimentos transgénicos. Se les ha bautizado con este nombre a los almentos que han sido producidos a partir de alguna modificación genética; la más común de éstas es la incorporación de genes de otro organismo para hacer por ejemplo un cultivo resistente a determinada plaga o un alimento más nutritivo. Los alimentos transgénicos más comunes son: maíz, cebada y soya o soja.

¿Y qué hay de malo o qué hay de bueno con esta clase de alimentos? Pues aquí el mundo se divide en dos: algunos revelan a estos productos como la maravilla moderna y otros como la peor plaga que hubiese afectado a la humanidad.  Además, está el tercer grupo, sin duda el más numeroso que no ha sido nunca informado de qué son los transgénicos, qué se debate en torno a éstos y sobretodo en dónde los encuentran y en dónde no.

El grupo a favor de los transgénicos está encabezado por la empresa Monsanto así como por muchos gobiernos los cuales aseguran que este tipo de alimentos conlleva una gran cantidad de beneficios: pueden ser más nutritivos, los cultivos resisten plagas, heladas e insecticidas, con esta obra ingenieril se puede sembrar en suelos malos y casi desérticos. Nos ponen a pensar también en los angustiantes momentos que puede sufrir un país cuando los precios de los alimentos se elevan a causa de plagas, sequías y otras inclemencias. Ellos han ondeado con energía la bandera de los transgénicos como el medio para crear mucho, mucho alimento de forma barata y así resolver la hambruna.

El argumento de la hambruna día a día pierde más fuerza pues el hambre en el mundo, se ha robado, no es por falta de alimento; el tema es político, es de desigualdad; lo prueban los 1200 millones de obesos en el mundo frente a los 1000 millones en condiciones de hambruna.

El grupo en contra de los transgénicos alega en primer lugar que estos alimentos macro, ultra o meganutritivos pueden ser también el origen de las cada vez más frecuentes alergias, intolerancias y resistencia a los antibióticos, ¿acaso alguno de ustedes ha vivido algo así recientemente?. Por otro lado la introducción de estas nuevas especies puede provocas desequilibrios en los ecosistemas y además graves desequilibrios económicos en campos ya tan afectados como el mexicano ¿por qué? pues porque estas semillas modificadas tienen patentes que el agricultor debe pagar a empresas privadas como Monsanto.

La decisión es sin duda complicada; la ingeniería genética suele ser controversial ¿recuerdan el caso de Dolly la oveja clonada? No todos tenemos claro hasta dónde queremos que llegue la ciencia y cuáles son las consecuencias de estos avances. No se trata sólo de bienestar, se trata también de economía, de historia, de justicia y de ética.

Greenpeace ha sido una de las organizaciones que han luchado con más fuerza en contra de los transgénicos y recientemente lanzó una campaña que se llama "Limpia tu alacena... de transgénicos" en la que a través de su sitio web puedes verificar qué productos comerciales son peligrosos desde este punto de vista. Los resultados son sorprendentes, muchas marcas aparecen en el lado de los malos; sin embargo, valga hacer la aclaración de que en los malos no sólo aparecen los productos transgénicos, aparecen también los que están bajo sospecha por no querer dar información o dar información parcial a Greenpeace. Ante un tema tan delicado, no estoy segura de que la estrategia de ambas partes sea la mejor; urge un árbitro que asegure que a nosotros consumidores nos llega toda la información de parte del productor y por otro que no se cae en el alarmismo innecesario.

Personalmente yo prefiero comer lo más naturalito que se pueda pero también creo que es momento que organismos como la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) entre en estos temas y nos diga si estamos dándole una probadita a la ingeniería genética o si nos estamos dando todo un festín.


Si quieren saber más de este tema:
- Vean el documental Food Inc. (en venta y/o renta en varios sitios)
- Visiten mi 'blog hermano' para leer más de este tema en  "¿Es orgánica la comida que sirven en el paráiso?"

1 comentario:

  1. como tu dices, yo tambien prefiero comprar naturalito, y mejor si es de algun productor local, mejor ayudarle a ellos que a las super empresas transnacionales, todo un tema esto de los transgenicos.Daniel

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