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viernes, 6 de enero de 2012

Silencio, conciencias durmiendo.

Foto: "Indiferencia" de Javier Roche en www.chabifotografia.es

En los últimos días vi dos noticias que me dejaron impactada. La primera de ellas era la de un hombre que por alguna razón que aún no alcanzo a entender bien cayó a las vías del metro por accidente; el hombre intentaba salir de ahí desesperadamente pero uno de sus tobillos estaba atorado. La segunda noticia fue la de un hombre de 60 años que murió a causa de un paro cardíaco mientras esperaba su turno formado en una sucursal bancaria. 

Ambas noticias tuvieron un común denominador: la indiferencia de la gente que presenció estos terribles incidentes. Nadie hace nada, nadie corre para pedir ayuda; es más nadie grita histéricamente; al contrario, la gente sigue su andar, su transacción bancaria y su día como si una hoja seca cayera de un árbol mientras ellos van por una acera. Así nada más.

Después de ver esto, de ver que la gente es indiferente incluso ante la muerte, es difícil creer que van  a tener conciencia de los problemas medioambientales y que después de emprender una creativa campaña dejarán de arrojar basura por la ventanilla del auto o cambiarán su ocho cilindros por una bici u optarán por hacer composta casera. 

Modificar la conducta ciudadana es un reto cada día más complejo para los que nos dedicamos a esto de la educación ambiental, ahora hay que ir unos pasos más atrás y despertar de nuevo a las buenas conciencias que a causa del vertiginoso ritmo de vida, de la creciente violencia, de la avaricia reinante han decidido pincharse con la rueca de la Bella Durmiente y tomarse un largo receso. 

Encontrar al príncipe que con un beso de amor resucite a nuestro Pepe Grillo sin duda no es fácil pero se me ocurren algunas cosas: 
  1. El voluntariado es esencial en nuestra sociedad para estar en íntimo contacto con la realidad social. El voluntariado esta de moda pero el que es auténtico está en el olvido. Debiera haber por ejemplo, una regulación que impidiera que los empresarios dedujeran impuestos  través de donaciones a menos de que la donación fuera acompañada de horas de voluntariado ofrecidas por el dueño de los millones en cuestión o bien que no exista la deducción fiscal, que donen por el gusto de hacerlo. Algo así como lo que se hace en el programa de televisión inglés que se llama "El millonario secreto". El altruismo cobraría otro sentido.
  2. El servicio social debe ser obligatorio a partir de la educación secundaria y debe volver a ser como lo indica su nombre, una actividad con la finalidad de servir a la sociedad en donde más lo necesite. Los jóvenes crecerían valorando año con año lo que tienen y preocupándose un poco más por las necesidades de los que carecen de algo, ya sea dinero, casa, salud, amor.
  3. Al igual que en muchos países desarrollados, los cursos de primeros auxilios deben ser obligatorios en todas las escuelas desde los primeros años de primaria; estos cursos, no sólo salvan vidas, también te enseñan a ser un ciudadano responsable.
  4. Los medios masivos de comunicación, en especial las televisoras, deben promover la solidaridad con coherencia. Es decir, no pueden apelar a la buena voluntad de la gente a través de proyectos como el "Teletón" para que después todo mundo se entere que su nobleza ha sido para beneficiar fiscalmente a la televisora.
  5. El contacto cercano entre generaciones se ha perdido; los abuelos ya no aconsejan a los nietos y si sucede, estos no los escuchan, no hay admiración por la sabiduría que llega con los años y ahora los jóvenes procuran estar lo más lejos posible de los adultos, ya no hay quien le de su lugar a los mayores en el transporte o quien como en las caricaturas, los ayude a cruzar la calle. Aquella cantina, bar, pub, boliche o como se le quiera llamar única para todos se acabó, aquel sitio donde el viejo jugaba dominó con el joven no existe más, donde a través de charlas se aprendía mucho y donde se educaba al espíritu a voltear a ver a los demás para conocer su historia, sus necesidades y dar una mano donde se pueda dar. Habría que crear nuevas formas de vincular a las generaciones, de insertar a los padres, a los abuelos, a los vecinos, a sus maestros en su dinámica cotidiana de manera armoniosa.
  6. Las asociaciones e incluso las cooperativas de vecinos deben promoverse. Trabajar en conjunto por una buena causa que nos beneficie como sociedad le da una sacudida a nuestro espíritu solidario.
Desde nuestra trinchera: podemos sumarnos a una causa justa o filantrópica a través de trabajo voluntario, podemos charlar con los directivos de las escuelas a las que asisten nuestros hijos para promover juntos una educación con miras a desarrollar conciencias cívicas, sociales, éticas, podemos exigir a los medios de comunicación honestidad en sus campañas "altruistas" y si no la tienen entonces podemos vetarlos en nuestra familia, podemos buscar a los viejos para un consejo, para darles un empleo como asesores, para aprender de ellos a la par que nos ligamos a su vida para ayudarles cuando lo necesiten.

Seguro que a ustedes se les ocurre algo más y seguro que como sociedad hemos de encontrar cómo volver a la vida; hemos de despertar para darnos cuenta que ayudar a los demás nos hace grandes como personas y como pueblo. Beethoven, quien a su modo y con sus armas lucho por una sociedad respetuosa, ordenada y amable bien dijo:  El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad.

2 comentarios:

  1. Muy cierto y alentador lo enunciado aquí, escuchar voces como la tuya ,sinceras, idealistas y edificantes, es agua fresca para la salud.

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  2. Gracias por los comentarios tan positivos; el verdadero alimento de un blog son los lectores satisfechos : )

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