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jueves, 6 de octubre de 2011

Lo injusto y lo justo del comercio


Imagen: Zentzuz Kontsumitu

Aunque sea evidente siempre valdrá la pena recordar que el comercio justo nació como respuesta al cada vez más frecuente comercio injusto. Lo que a lo mejor no es tan evidente es dónde están todas esas injusticias que la publicidad y la mercadotecnia se han encargado de maquillar y hasta disfrazar con el nombre de oferta, promoción, los precios más bajos y mucho más.

El concepto de comercio como surgió en un inicio, es decir el comercio para intercambiar bienes con la finalidad de diversificar las existencias de productos en las ciudades a través de un esquema más justo que el trueque en el que cada cosa tiene el valor que se merece se fue deformando y de cierta forma cegando debido al lucro insaciable.

Hoy el comercio tal como lo conocemos está plagado de injusticias que la mayoría de las veces recaen sobre los hombros de los productores o de los consumidores pero nunca sobre los de los intermediarios. Dos ejemplos rápidos:
  1. El gigante mundial de las tiendas de autoservicio: WalMart organiza una "subasta inversa" es decir, son ellos los que dicen cuánto están dispuestos a pagar por un producto y no como solía ser antes que el productor se lo vendía al mejor postor. Así que esta mega empresa decide que quiere comprar azúcar a 1 dólar por kilo para venderla en una gran oferta a 1.50 dólares/kilo. El productor ha tenido una infinidad de gastos para lograr llevar sus bolsitas de azúcar a la tienda: sembrar caña, cosechar, refinar, empacar, etiquetar, transportar además de luchar contra las plagas, los bajos rendimientos y los subsidios que no llegan; en fin, al productor le ha costado 90 centavos de dólar cada kilo; no hay remedio, o toma la oferta de WalMart o a lo mejor pierde la cosecha. ¿Quién gana aquí? Pues WalMart y el consumidor final.
  2. Con las prisas uno decide pararse a comer una no muy sana pero sí apetitosa hamburguesa de McDonalds con papas y bebida incluidos. Pedimos la oferta del día y pagamos el equivalente a 3 dólares. El costo real de este paquete es algo así como 1 dólar y la calidad real es mucho menor a lo que no ofrecen. ¿Quién gana? Pues McDonalds nada más.
Dos intermediarios beneficiados a costa de la explotación o el abuso de alguno otro de los integrantes de la cadena. Esto es lo que pretende evitar el comercio justo y para que opere de manera plena necesita de tres partes: un consumidor responsable, un productor asociado y un mediador sin ánimo de lucro.

Además de que el comercio justo procura la justicia social también se preocoupa por la calidad de producto y el cuidado de la naturaleza y trabaja por evitar los abusos pero también la caridad; no se trata de se caritativos con los productores; se trata de ser justos con todas las partes.

El Comercio Justo hoy ampliamente difundido y favorecido por cientos de organizaciones alrededor del mundo ha creado un sello para distinguir sus productos los cuales podemos encontrar en diversas tiendas o bien a través del comercio electrónico. La Asociación Civil Comercio Justo México A.C. ofrece en su portal una lista de las tiendas de Comercio Justo en México. La Red Argentina de Comercio Justo también lista en línea los locales y tiendas con productos de este tipo disponibles. RTVE preparo una lista con todos los sitios de España donde se pueden adquirir productos de comercio justo. En el resto de los países hay al menos una ONG encargada de promocionar y difundir este tipo de comercio.

Pero el comercio justo en realidad, va más allá de un sello o una certificación, para comprar con justicia hay que cambiar nuestra visión de las cosas y pensar un poco lo que hay atrás de cada cosa que adquirimos, hay que ser: consumidores informados y responsables.

Tal vez no tengan sellos ni certificaciones, pero comprar en mercados, tianguis y plazas suele ser más justo que comprar en los grandes autoservicios; comprar algo de ropa artesanal también es más justo que comprarle a las grandes maquiladoras que sabemos son injustas en muchos sentidos con los consumidores y con sus trabajadores (como el caso de Ciudad Juárez donde las mujeres son explotadas, maltratadas y poco protegidas por sus empresas); comprar un pan casero es más justo que comprar uno Bimbo. Al final la idea es favorecer al productor, pagar lo justo y recibir calidad en el producto sin que esto signifique tener que sobreexplotar gente o al medio ambiente.


1 comentario:

  1. Dos ejemplos prácticos y una forma sencilla de explicarlo.

    Felicidades por tu blog, muy práctico.

    Saludos!

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