Fábrica de papel en Kemsley, GB. Foto: Joe White bajo licencia de Creative Commons |
Si cada papelito que cae en nuestras manos hablara y nos contara la historia de su vida y lo que ha escuchado sobre la muerte y entierro de sus familiares nos la pensaríamos un poco más cada vez que usamos y desechamos este útil invento que hoy sirve desde para limpiar una boca sucia hasta para comunicarnos con elegancia y prudencia.
La fabricación de papel, nos dicen mucho últimamente, es destructiva, contaminante, nociva, es mala, mala, mala pero necesaria, necesaria, necesaria hasta para imprimir la revista que nos dice que hay que reciclar papel y que hay que consumirlo con moderación. Así que hoy, dedicaré este espacio a contarles sobre el nacimiento del papel en sus múltiples presentaciones. Espero este relato sirva para concluir cada uno por sí mismo sobre las bondades, los defectos, las amenazas, los beneficios del consumo de este producto.
La llegada al mundo occidental de las 'novedades chinas' que han cambiado nuestra forma de consumir no es algo contemporáneo; el pueblo chino ha modificado los hábitos de consumo y los estilos de vida desde hace muchísimo tiempo con sus inventos y el papel se les atribuye también a ellos. Su fabricación era artesanal y así continuó desde el año 100 d.C. hasta finales del siglo XIX cuando se inventaron las primeras máquinas destinadas a esta industria.
Para comenzar a fabricar papel se necesita una buena cantidad de madera proveniente principalmente de bosques de coníferas (los que comúnmente llamamos 'bosques de pinos'). En fábricas sensatas y modernas se usa una proporción de papel usado también como materia prima reduciendo así el consumo de fibra virgen.
Los troncos no sirven completamente para la fabricación de papel así que se les quita la corteza y ésta se desecha, el tronco 'desnudo' se convierte en astillas y comienza el proceso. Lo primero que habrá de hacerse es formar una pasta y para ello hay varios métodos y varios productos químicos involucrados los cuales al final se van por el caño junto con el agua residual o bien se van a la atmósfera en forma de gases.
En el afán de la civilización moderna de consumir todo en su versión 'blanca' (azúcar, harina, papel...) la pasta se tiene que blanquear de lo contrario se tiene pasta 'kraft' que es de color café y con la cual también se fabrica un papel que recibe el mismo nombre (kraft) y que es de bajo costo pero también de baja demanda (este es el famoso papel que en México se le conoce como 'papel para las tortillas' por usarse precisamente para envolver este alimento sin gastar mucho dinero).
El proceso de blanqueo es súmamente contaminante; el método más popular en un inicio se ha ido sustituyendo poco a poco (pero no del todo ni en todos lados) pues utiliza compuestos organoclorados los cuales después son vertidos al agua; a muchos de estos compuestos se les atribuye una alta toxicidad.
La pasta blanqueada está lista, ahora puede extenderse en láminas de las cuáles se cortarán pliegos de papel. Para llegar a este punto, se han consumido150 millones de litros de agua por cada 1000 toneladas de pasta kraft producida, se han tenido que producir una serie de agentes químicos blanqueadores y potencialmente contaminantes, se ha expuesto a los trabajadores a varias sustancias listadas como peligrosas por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), se han emitido a la atmósfera compuestos de azufre oxidado que además de afectar a la vegetación de la zona tienen ese característico y desagradable olor a 'huevo podrido' y si la fábrica no posee una planta de tratamiento de aguas residuales adecuada seguro ha contaminado ríos,lagos y/o lagunas dejando sin posibilidad de vida a muchas especies vegetales y animales.
Hay que sumar a todo esto el hecho de que la industria papelera consume un 4% de la energía mundial. Sin embargo, el proceso puede ser optimizado para generar energía quemando subproductos y satisfaciendo así su demanda interna.
Cabe aclarar que la fabricación de papel a partir de papel reciclado puede contaminar menos pero aún así es considerable si se somete a un proceso de blanqueo; es decir, para evitar muchos de los impactos ambientales lo idóneo es consumir papel 'cafecito' y no estaría mal que en las comunicaciones formales fuera correcto, normal y aceptado imprimir en papel color 'kraft'. También sería bueno que fuera fácil conseguir servilletas no blanqueadas a un precio razonable.
Una fábrica de papel moderna incluye en sus instalaciones filtros, planta de tratamiento de agua, sistemas de cogeneración de energía para autoconsumo, procesos modernos que no usan cloro como materia prima, medidas de seguridad e higiene adecuadas y el reciclaje como proceso básico así que no necesariamente son un monstruo terrible, obscuro y contaminante. Sin embargo, lo que no podemos eliminar de la lista negra es el hecho de destinar bosques como materias primas, que el proceso de fabricación es agresivo en muchos sentidos incluso cuando ha sido optimizado y que el papel suele tener un tiempo de vida útil muy corto pues enseguida se suma a las filas de toneladas de basura que esperan por ser enterradas (ojalá recicladas pero sabemos que no siempre pasa).
Hoy, la industria papelera consume alrededor de 4000 millones de árboles al año. Los principales países productores son Estados Unidos, China, y Japón; en Latinoamérica, el mayor productor es Brasil. El consumo de papel y cartón en Estados Unidos es de 300 kg por persona al año, en la mayoría de los países Latinoamericanos es de alrededor de 40 kg por persona al año y en China y la India apenas llega a 3 kg por persona al año.
No consumir papel es casi imposible, pero siempre hay que tener en cuenta que pequeñas acciones en nuestra forma de consumirlo pueden hacer grandes cambios. Así que cuando tomen un papel limpio, nuevo y muy blanco para dejar una simple notita que irá enseguida a la basura piénsenlo dos veces, ojalá el papelito hablara o al menos susurrará esta historia para que la tengamos siempre fresquita en nuestra memoria.
Tienes mucha razón, deberíamos pensar antes de mal-utilizar el papel y otros tantos recursos que por tenerlos -creemos- en abundancia no les damos importancia a cuanto cuesta producirlos.
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