En varios países se promueve desde hace algunos años el concepto de "Basura Cero" el cual partió de la idea de poder hacer un reciclaje total. Es mucho más que una técnica, en realidad es una filosofía de vida, una política de gobierno y una estrategia de desarollo que como resultado maximiza el reciclaje, disminuye los desechos, reduce el consumo y garantiza que los productos sean fabricados para ser reutilizados, reparados o reciclados para volver a la naturaleza o al mercado.
Siempre he creído en este concepto y miro con asombro como es promovido con mucha fuerza en California, Argentina, Canadá; Europa completa; me alegra sobremanera ver como el impulso viene en muchos casos, desde los propios gobiernos y en otros de organizaciones ciudadanas que han decidido dar fin de una buena vez al problema de la basura dejando de producirla. Pero luego, regreso la vista a mi propio país, o a Centroamérica, o a Perú, a Uruguay, a Bolivia, a Colombia y me sorprende que prefieran seguir gastando en máquinas, excavaciones gigantes, tecnología, cajas y cajones, escobas y cubos para esconder lo mejor que se pueda las miles de toneladas de basura que inundan las ciudades.